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THe DRooGo 292th Post
Copper Customer
| "Sorry it is not in English" , posted Thu 28 Feb 13:08
This is what insomnia produces...
…4:34 am. Las cosas no andan bien, lo presiento, pero no hago nada. El supuesto dolor abdominal, esas mordeduras toxicas de pulgas epilépticas que nacen desde el interior de mis órganos maltrechos a la altura de mis riñones son un llamado biológico. El llamado de la angustia, el llamado de la desesperación hacia el cuerpo intangible, hacia la abstinencia que pierde otra batalla. Me avisan, mordiéndome sin piedad esas partes invisibles que radican en algún lugar olvidado de mi cerebro, me avisan que ya no hay droga, ya ni siquiera un puto cigarro que quemar. Me muerden directo en el centro de mil angustias juntas, en el estado puro de un ser agonizante. Con cada mordida recuerdo que algo anda mal, sino mi trafica ya estaría acá con un poco de merca, algo para hacer mi vida un poco más llevadera, un poco mas compasiva y decente. Voy al bar de la casa y abro la última botella de bourbon XXXXXXXX. Trato de no temblar al servirme un trago, pero muerden las hijas de puta y el dolor hace que tiemblen mis manos. Fallo al servir. La rabia paranoica del ocaso de mi mente se apodera de mí. Vierto pacientemente todo el líquido marrón en una coctelera, el líquido cae inevitablemente desprendiendo aromas de alivio, pero demasiado lento, me muerdo la parte inferior de mi labio y sangro, ya es mucha la desesperación que me aborda. Al ver que lo último de bourbon no sale del todo de la botella, la desesperación hecha rabia total toca la sensibilidad de mi racionalismo y en ese momento en que no sé si soy hombre o bestia, hago estrellar la botella contra la pared, miles de pedazos de vidrio vuelan por los aires y uno da con mi cara, en mi mejilla. Ahora sangro de dos lados distintos, pero no hay dolor, sólo esta aquel enfermizo tormento de la necesidad de quedar fuera de esta realidad. Tomo la licuadora y licúo todo el hielo que encuentro en el mini refrigerador del bar. Tomo la coctelera y hecho todo el bourbon de un solo golpe, licúo un poco más, desenrosco el recipiente y me bebo aguantando la respiración la mitad. Espero, no toma más de un par de segundos y el frío del hielo triturado revienta en mi cabeza, el alcohol del bourbon baja a mi hígado y lo humecta de alivio. Este dolor distrae al otro, al menos por un instante. Un par de lágrimas caen, y empieza el efecto embriagador a apaciguar al dolor abominable. Tomo un respiro hondo, trato de beber otro gran sorbo, pero lo consigo, no me es posible, mi estomago lo rechaza por naturaleza, no soy un alcohólico, solo un adicto en rehabilitación. Aguanto y recuerdo el dolor de la angustia y me concentro, logro beber otro sorbo y lo dejo. Me voy a living y en el camino piso un par de vidrios. Maldigo a la concha seca que escupió al mundo. 4:56 nada aún. Miro mi celular y nada, el hijo de puta ni se digna a llamar de vuelta, cada cinco minutos lo llamo y me sale el puto buzón de voz, cuando lo llame hace una hora atrás me dijo que no eran horas para llamar y que esta vez no me iba a cobrar el doble, sino que el triple. El hijo de puta sabe con quién trata, pero lo importante es que también sé con quién trato, la última vez espere a ver la mercancía sobre la mesa y después le lance el dinero al suelo, si me dijo algo en el momento no me acuerdo, ahora espero hacer algo mejor. Se lo merece por hacerme esperar. 5:53El teléfono suena; He Sr .Bene abra la puerta estoy afuera.- dice con su acento peruano. Me levanto del sofá y me dirijo hacia la puerta, todo se mueve, todo especialmente las putas pulgas, las dormí, pero no fue lo suficiente. Ya estaban despiertas desde ya hacia unos quince minutos. Abrí la puertecilla de la cuelga abrigos, corrí las chaquetas para dejar el bate a mano. Esta vez no lo iba a dejar pasar al living. Abrí la puerta y ahí estaba con su mirada de traficante, fría y burlesca, no importa la nacionalidad del traficante, todos tienen la misma mirada y las mismas tendencias de irresponsabilidad hedionda. Voy al grano de una vez y le pregunto cuánto; trescientos me contesta, sin preguntárselo saca de su bolsillo una bolsita transparente llena capsulas purpuras. Le extiendo la mano y le entrego un fajo de doscientos. Sin más me trago cinco de una vez, y todo vuelve a su normalidad. Mientras el hijo de puta desconfiado empieza a contar el dinero, mi visión se torna borrosa, y recuerdo lo que fue de mi familia, pero es una familia que no existe, veo el rostro del peruano y lo relaciono con un pasado inexistente creo que es un pariente lejano, algo así como lejano de otra época, después levanto mis manos a la altura mi pecho y siento gritar a miles gaviotas negras hechas de lava que vuelan sobre los mares de sangre que bombeaba mi corazón en ese momento. ¡He cabrón hay solo dos pesos, cabrón hijo de puta!.- una voz rasposa destruye mi alucinación, levanto la vista y veo a una criatura con ojos de furia, de hecho no veo cuerpo, solo dos ojos enormes inyectados en sangre, después veo a una nariz inhalando algo, que sé yo, pero el sonido de inhalar me hace creer que alguien me ha disparado un dardo tranquilizante con algún tipo de cerbatana, así que me doy vuelta en el instante al darme cuenta que no había nadie a mi espalda dije; “Entra y disculpa” No sé como mi cerebro reacciono de esa forma en ese momento, pero tampoco sé cómo me acordé en ese momento que tenía el bate en el pequeño armario de entrada, todo fue muy rápido, el error del tipo fue en el instante que cerró la puerta tras sí mismo, en ese entonces ya el bate se había transformado en una extensión de mi brazo de aluminio, un golpe seco en su espalda y ya lo tenía en el suelo. Lo agarré con todas mi fuerza, sentí que el mierda pesaba mucho, tanto que creí que levantaba un saco con ropa mojada de hecho como andaba con una chaqueta de cuero negra me imaginé que era un carbón blando y gigante. Lo saqué a la puerta, antes de cerrar lo escuche murmurar algo así como “te cociste culiao conchadetumadre” a lo que contesté: “te llamo dentro de dos días” y cerré la puerta. Ahora escribiendo esto me doy cuenta que he pasado de presente a pasado en la forma de relatar lo que ha pasado o está pasando, pero no importa, ya son las 8:00am y se acaba mi rutina, las pulgas duermen placidas dentro de mis riñones y vísceras, esta vez fue suave, pienso que en el momento que despierten sigan siendo pulgas y no cucarachas como fue el otro día, pienso en que otro día de trabajo está recién empezando para muchos condenados zombies de este infierno viviente llamado vida, me tomo otro par de capsulas con lo último de bourbon de la coctelera, me pregunto si todo pasó de la forma que lo escribo o de la forma que lo escribí… Fragmento del libro de H. Kansikas CRONICAS DE BENEDICT ARWEED.
O ra o ra! H.Y.A.L.M.A.R.I.
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ONSLAUGHT 3687th Post
Platinum Carpet V.I.P- Board Master
| "Re(1):Sorry it is not in English" , posted Thu 28 Feb 15:18
quote: This is what insomnia produces... …4:34 am. Las cosas no andan bien, lo presiento, pero no hago nada. El supuesto dolor abdominal, esas mordeduras toxicas de pulgas epilépticas que nacen desde el interior de mis órganos maltrechos a la altura de mis riñones son un llamado biológico. El llamado de la angustia, el llamado de la desesperación hacia el cuerpo intangible, hacia la abstinencia que pierde otra batalla. Me avisan, mordiéndome sin piedad esas partes invisibles que radican en algún lugar olvidado de mi cerebro, me avisan que ya no hay droga, ya ni siquiera un puto cigarro que quemar. Me muerden directo en el centro de mil angustias juntas, en el estado puro de un ser agonizante. Con cada mordida recuerdo que algo anda mal, sino mi trafica ya estaría acá con un poco de merca, algo para hacer mi vida un poco más llevadera, un poco mas compasiva y decente. Voy al bar de la casa y abro la última botella de bourbon XXXXXXXX. Trato de no temblar al servirme un trago, pero muerden las hijas de puta y el dolor hace que tiemblen mis manos. Fallo al servir. La rabia paranoica del ocaso de mi mente se apodera de mí. Vierto pacientemente todo el líquido marrón en una coctelera, el líquido cae inevitablemente desprendiendo aromas de alivio, pero demasiado lento, me muerdo la parte inferior de mi labio y sangro, ya es mucha la desesperación que me aborda. Al ver que lo último de bourbon no sale del todo de la botella, la desesperación hecha rabia total toca la sensibilidad de mi racionalismo y en ese momento en que no sé si soy hombre o bestia, hago estrellar la botella contra la pared, miles de pedazos de vidrio vuelan por los aires y uno da con mi cara, en mi mejilla. Ahora sangro de dos lados distintos, pero no hay dolor, sólo esta aquel enfermizo tormento de la necesidad de quedar fuera de esta realidad. Tomo la licuadora y licúo todo el hielo que encuentro en el mini refrigerador del bar. Tomo la coctelera y hecho todo el bourbon de un solo golpe, licúo un poco más, desenrosco el recipiente y me bebo aguantando la respiración la mitad. Espero, no toma más de un par de segundos y el frío del hielo triturado revienta en mi cabeza, el alcohol del bourbon baja a mi hígado y lo humecta de alivio. Este dolor distrae al otro, al menos por un instante. Un par de lágrimas caen, y empieza el efecto embriagador a apaciguar al dolor abominable. Tomo un respiro hondo, trato de beber otro gran sorbo, pero lo consigo, no me es posible, mi estomago lo rechaza por naturaleza, no soy un alcohólico, solo un adicto en rehabilitación. Aguanto y recuerdo el dolor de la angustia y me concentro, logro beber otro sorbo y lo dejo. Me voy a living y en el camino piso un par de vidrios. Maldigo a la concha seca que escupió al mundo. 4:56 nada aún. Miro mi celular y nada, el hijo de puta ni se digna a llamar de vuelta, cada cinco minutos lo llamo y me sale el puto buzón de voz, cuando lo llame hace una hora atrás me dijo que no eran horas para llamar y que esta vez no me iba a cobrar el doble, sino que el triple. El hijo de puta sabe con quién trata, pero lo importante es que también sé con quién trato, la última vez espere a ver la mercancía sobre la mesa y después le lance el dinero al suelo, si me dijo algo en el momento no me acuerdo, ahora espero hacer algo mejor. Se lo merece por hacerme esperar. 5:53El teléfono suena; He Sr .Bene abra la puerta estoy afuera.- dice con su acento peruano. Me levanto del sofá y me dirijo hacia la puerta, todo se mueve, todo especialmente las putas pulgas, las dormí, pero no fue lo suficiente. Ya estaban despiertas desde ya hacia unos quince minutos. Abrí la puertecilla de la cuelga abrigos, corrí las chaquetas para dejar el bate a mano. Esta vez no lo iba a dejar pasar al living. Abrí la puerta y ahí estaba con su mirada de traficante, fría y burlesca, no importa la nacionalidad del traficante, todos tienen la misma mirada y las mismas tendencias de irresponsabilidad hedionda. Voy al grano de una vez y le pregunto cuánto; trescientos me contesta, sin preguntárselo saca de su bolsillo una bolsita transparente llena capsulas purpuras. Le extiendo la mano y le entrego un fajo de doscientos. Sin más me trago cinco de una vez, y todo vuelve a su normalidad. Mientras el hijo de puta desconfiado empieza a contar el dinero, mi visión se torna borrosa, y recuerdo lo que fue de mi familia, pero es una familia que no existe, veo el rostro del peruano y lo relaciono con un pasado inexistente creo que es un pariente lejano, algo así como lejano de otra época, después levanto mis manos a la altura mi pecho y siento gritar a miles gaviotas negras hechas de lava que vuelan sobre los mares de sangre que bombeaba mi corazón en ese momento. ¡He cabrón hay solo dos pesos, cabrón hijo de puta!.- una voz rasposa destruye mi alucinación, levanto la vista y veo a una criatura con ojos de furia, de hecho no veo cuerpo, solo dos ojos enormes inyectados en sangre, después veo a una nariz inhalando algo, que sé yo, pero el sonido de inhalar me hace creer que alguien me ha disparado un dardo tranquilizante con algún tipo de cerbatana, así que me doy vuelta en el instante al darme cuenta que no había nadie a mi espalda dije; “Entra y disculpa” No sé como mi cerebro reacciono de esa forma en ese momento, pero tampoco sé cómo me acordé en ese momento que tenía el bate en el pequeño armario de entrada, todo fue muy rápido, el error del tipo fue en el instante que cerró la puerta tras sí mismo, en ese entonces ya el bate se había transformado en una extensión de mi brazo de aluminio, un golpe seco en su espalda y ya lo tenía en el suelo. Lo agarré con todas mi fuerza, sentí que el mierda pesaba mucho, tanto que creí que levantaba un saco con ropa mojada de hecho como andaba con una chaqueta de cuero negra me imaginé que era un carbón blando y gigante. Lo saqué a la puerta, antes de cerrar lo escuche murmurar algo así como “te cociste culiao conchadetumadre” a lo que contesté: “te llamo dentro de dos días” y cerré la puerta. Ahora escribiendo esto me doy cuenta que he pasado de presente a pasado en la forma de relatar lo que ha pasado o está pasando, pero no importa, ya son las 8:00am y se acaba mi rutina, las pulgas duermen placidas dentro de mis riñones y vísceras, esta vez fue suave, pienso que en el momento que despierten sigan siendo pulgas y no cucarachas como fue el otro día, pienso en que otro día de trabajo está recién empezando para muchos condenados zombies de este infierno viviente llamado vida, me tomo otro par de capsulas con lo último de bourbon de la coctelera, me pregunto si todo pasó de la forma que lo escribo o de la forma que lo escribí… Fragmento del libro de H. Kansikas CRONICAS DE BENEDICT ARWEED.
Chale...
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Arngrim 326th Post
Bronze Customer
| "Re(5):Sorry it is not in English (lit.)" , posted Fri 7 Mar 18:44
Entonces esto es un hilo de lecturas para antes de dormir...?
El primer impacto rajó la nave como si fuera un gigantesco abrelatas. Los hombres fueron arrojados al espacio, retorciéndose como una docena de peces fulgurantes. Se diseminaron en un mar oscuro mientras la nave, convertida en un millón de fragmentos, proseguía su ruta semejando un enjambre de meteoritos en busca de un sol perdido.
-Barkley, Barkley, ¿dónde estás?
Voces aterrorizadas, niños perdidos en una noche fría.
-¡Woode, Woode!
-¡Capitán!
-Hollis, Hollis, aquí Stone.
-Stone, soy Hollis. ¿Dónde estás?
-¿Cómo voy a saberlo? Arriba, abajo... Estoy cayendo. ¡Dios mío, estoy cayendo!
Caían. Caían, en la madurez de sus vidas, como guijarros diminutos y plateados. Se diseminaban como piedras lanzadas por una catapulta monstruosa. Y ahora en vez de hombres eran sólo voces.
Voces de todos los tipos, incorpóreas y desapasionadas, con distintos tonos de terror y resignación.
-Nos alejamos unos de otros.
Era cierto. Hollis, rodando sobre sí mismo, sabía que lo era y, de alguna forma, lo aceptó. Se alejaban para recorrer distintos caminos y nada podría reunirles de nuevo. Vestían sus trajes espaciales, herméticamente cerrados, sus pálidos rostros ocultos tras las placas faciales. No habían tenido tiempo de acoplarse las unidades energéticas. Con ellas, habrían sido pequeños botes salvavidas flotando en el espacio. Se habrían salvado, habrían salvado a otros, habrían encontrado a todos hasta unirse para formar una isla de hombres y pensar en alguna salida. Pero ahora, sin las unidades energéticas acopladas a sus hombros, eran meteoritos alocados encaminándose hacia destinos diversos e inevitables.
--- fragmento de Calidoscopio, de Ray Bradbury.
But I still want to quench your thirst. Because I am the one that put you into the desert.
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